REINA DE LOS SENTIDOS

La imagen: reina de los sentidos. Su imperio se extiende día con día a través de las nuevas generaciones que buscan el color más que la palabra. El alimento diario de estos nuevos hombres son los símbolos iconográficos, aquellos que roben la atención de su mirada, que impriman la esencia de un momento en una paleta de colores y que se alejen de la palabra.

El presente escrito rescata las ideas contenidas en La primacía de la Imagen, primera parte del libro Homo videns. La sociedad teledirigida de Giovanni Sartori, el cual expone múltiples razones por las cuales hoy en día los hombres viven sus días lejos de la cultura escrita, envueltos en una cultura del ocio, de la juventud, pero principalmente de la imagen.

Animales ¿videntes?

“El hombre reflexiona sobre lo que dice”1. Ésta es la idea principal de Sartori, pues afirma que los humanos se distinguen del resto de los seres vivos por su capacidad de razonar y percibir las cosas como símbolos que traen consigo significados esenciales para entender el mundo. Y esta cualidad es la que lleva a las personas a comunicarse, a través del habla y después con la palabra escrita.

Sin embargo, el desarrollo de los animales simbólicos se detiene con la llegada del televisor y el ordenador; los hombres se vuelven adictos a la imagen más que a la palabra, transformándose así en animales videntes. Y es que esto que podría tomarse como un adelanto es, por el contrario, un retroceso, porque ya no se necesita razonar, entender, vasta con ver la representación visual para estar informado.

Pero estas imágenes no siempre pueden ser traducidas como se debe y se cometen errores continuos. Ejemplos los tenemos en los programas de televisión, en específico, los espacios de noticias. Los televidentes muchas veces no prestan atención al discurso del conductor sino a la imagen. Las interpretaciones son distintas entre las audiencias, caso contrario a los periódicos, donde la imagen es fiel acompañante del texto, no a la inversa.

Un no como respuesta

Y ya que hablamos de los impresos, sin duda, uno de los aspectos más negativos que trae consigo este nuevo animal vidente es la falta del disfrute en la lectura, por medio de la cual las personas adquieren un lenguaje lógico, científico además de un lenguaje propio de la imaginación poética. Esta carencia tiene efectos en los hombres, pues la sensibilidad por el arte, por la belleza y por las maravillas de la ciencia, no existe.

Más grave es que esta ausencia de sensibilidad afecte a los niños, pero esto ya sucede. “Nuestros niños ven la televisión durante horas y horas, antes de aprender a leer y escribir”2, dice Sartori para explicar como esta sensibilidad en los niños es sustituida por la violencia, la cual se acentúa cuando al infante no se le explica lo que ve y se le deja a la deriva entre la confusión y la excitación.

Quise dejar para el final uno de los puntos más negativos de este nuevo hombre el cual es el olvido de la cultura del libro. Pocos leen, el resto se aleja de la palabra, del mundo de la fantasía, a pasos agigantados. ¿Y qué sucede con todo esto? Bueno, pues que más allá de carecer de una sensibilidad, el animal vidente no se atreve más a imaginar, a viajar a nuevos mundos, a vivir otras historias distintas al día a día.

Es así como Sartori, después de plasmarnos un panorama desalentador de la palabra, nos pregunta si es mejor que todos seamos incultos o que nadie sepa nada y me respuesta es no, pero soy sólo uno en millones de animales videntes que prefieren un sí rápido, antes de obligarse a pensar.

1.- Giovanni Sartori, "Homo videns. La sociedad teledirigida", pág. 24
2.- Giovanni Sartori, "Homo videns...",Óp. Cit., pág. 36

BIBLIOGRAFÍA

*SARTORI, Giovanni, "Homo videns. La sociedad teledirigida", México: Editorial Taurus, 1997, págs. 153.